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Se dedican a una profesión con un nombre que da respeto y pocos entienden de qué se trata. Para ser consultor SAP (que no es más que el nombre de la compañía alemana que creó este producto informático de gestión empresarial) puede ser cualquiera con una titulación superior o incluso con el módulo de FP superior que reúna las cualidades de gestión necesarias y supere un curso específico para manejar esta herramienta. Pues el SAP no es nada más (ni nada menos) que un producto informático compuesto por múltiples partes que se encajan y sirven para gestionar una empresa en su totalidad, “desde que entra algo en el almacén de la compañía —y se mete el dato en el módulo SAP correspondiente—, en todos los pasos siguientes mediante los respectivos módulos, hasta que el consejero delegado saca los datos para exponerlos en una reunión”, explica Javier Sevillano, profesor de Contabilidad de la Universidad Complutense.

 

Fue todo un hallazgo en su momento —en los años noventa salieron las primeras versiones— y la realidad es que no hay prácticamente ninguna gran empresa nacional o multinacional que no utilice este producto. Ni tampoco organismo público grande (como muchas comunidades españolas y Ayuntamientos, sin ir más lejos, los de Madrid).

La figura de este consultor es imprescindible una vez que se apuesta por el producto SAP. Es el que lo adapta a la empresa u organismo correspondiente y hace su seguimiento permanente. “Se trabaja sobre el programa para adaptarlo a lo que la compañía quiera”, explica Sevillano.

“El producto es tan bueno que acapara entre el 70% y el 80% del mercado de grandes empresas”, añade.

El quid de la cuestión es quién puede ser consultor SAP y cómo se puede llegar a ser. Lo más habitual es que se aprenda en cursos específicos que ofrecen las consultoras SAP, especializadas en este producto, aunque también lo ofrecen alguna universidad y escuela, como la Politécnica de Madrid o la Escuela de Organización Industrial. Las empresas no contratan directamente a estos profesionales, sino que es un servicio que generalmente ofrecen grandes consultoras, que son las que les contratan. En cuanto a la formación previa, hay desde economistas e ingenieros informáticos —los más habituales— a titulados en Administración de Empresas.

La adquisición de este producto es cara, por eso es difícil que un organismo o empresa cambie a otro. Por ejemplo, el SAP que gestiona la parte económica y presupuestaria de la Comunidad de Madrid, compra que salió a concurso, costó 30 millones de euros, presupuesto en el que está incluida su implantación. “Cuando te casas con un producto SAP es para toda la vida, por eso estos consultores están tan demandados. Pero, aunque supone una fuerte inversión inicial, el retorno es rápido”, explica Sevillano. Las empresas contratan equipos de consultores SAP para su mantenimiento formados a veces por 10 o 12 personas, y pueden llegar a ser 50 en grandes compañías.

Fuente Original: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/08/27/actualidad/1346089934_596891.html